En la ciudad de Mendoza, el arbolado de calle es primordial porque aporta bienestar humano en un medio natural con déficit de humedad y elevadas temperaturas estivales. Además, el árbol constituye un elemento histórico y distintivo, de gran belleza paisajística, apreciada por habitantes locales y visitantes. Pero últimamente existe un deterioro o poca funcionalidad de esta arboleda en el espacio urbano, lo que lleva a plantear sobre su futura perdurabilidad. Se trata de una problemática ambiental urbana que exige nuevos desafíos metodológicos para abordarla, ya que el espacio urbano actual se halla afectado por numerosos problemas, cuya solución puntual se convierte en un paliativo más que un cambio estructural. De allí surge la necesidad de efectuar una mirada sistémica compleja, porque ésta tiene una concepción holística de la realidad, observa su diversidad, organización y dinámica, aspectos que son importantes de considerar para proponer soluciones más acertadas y duraderas.