El debate de los últimos veinte años acerca de las reformas necesarias para mejorar la formación inicial de los docentes es tomado en este artículo como punto de partida para reflexionar sobre el caso específico de la preparación de profesores de Historia en las universidades argentinas. Al respecto, se plantean las diferencias entre “didáctica especial” y “didáctica específica”, a la vez que se propone una relación más estrecha entre la matriz disciplinar de la Historia y los problemas acerca de su enseñanza – considerados éstos inherentes a la propia disciplina- procurando así una alternativa para mejorar el aprendizaje de los conceptos relevantes de la asignatura y promover efectivamente en los alumnos el pensamiento crítico particular que es propio de la Historia.