La docencia (en todos los niveles) es una actividad compleja, difícilmente evaluable en cuanto a medición de resultados, entre otras razones porque ellos están teñidos de la subjetividad teórica al definir y analizar muchas variables simultáneamente. Una enseñanza completa no se reduce a una mera instrucción, por lo que hay en la base de la enseñanza un trabajo específicamente pedagógico y además, deben asegurarse el aspecto fundamental de la progresividad y la continuidad lógica. Siguiendo a este autor, en cuanto a la educación, se puede distinguir, entre otros, los siguientes aspectos: a) La universidad debe enseñar a los estudiantes a pensar por sí mismos de manera independiente; b) La educación consiste en enseñarle al estudiante a prescindir de docentes. El estudiante debe aprender a resolver sus vacíos; c) El aspecto específicamente educativo de la enseñanza en el nivel universitario trata sobre todo de enseñarle al estudiante a adaptarse al trabajo en equipo mediante la formación del comportamiento y el carácter. Es por lo anteriormente señalado que el aprendizaje se concibe como la reconstrucción de los esquemas de conocimiento del sujeto a partir de las experiencias que éste tiene con los objetos -interactividad- y con las personas – intersubjetividad - en situaciones de interacción que sean significativas de acuerdo con su nivel de desarrollo y los contextos sociales que le dan sentido (Segura, 2003).