Vivimos un momento histórico que puede caracterizarse como un momento de tránsito hacia formas distintas de articulación económica, social y política, empujadas por un notable desarrollo tecnológico y del conocimiento que nos ha llevado a la globalización de la comunicación y la información, momento en el cual, esas nuevas tecnologías, ese nuevo conocimiento, su producción y su transmisión se han convertido en una mercancía, cuyo valor de mercado es comparable al de las transacciones financieras mundiales. Esto porque los sectores de punta en la investigación científica y tecnológica, trabajan con un personal altamente capacitado y entrenado, cuyo insumo más importante es el conocimiento. Estos sectores generan y acumulan las mayores tasas y montos de ganancias, a tal punto que hoy se estima que más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto de los países más desarrollados es resultado de la producción y uso del conocimiento.