El libro de Manuel Cruz aborda la cuestión del amor y no es casual que parta de una variación de la frase cartesiana en donde el amor desplaza al pensamiento. De este modo, está señalando que la experiencia mundana del amor resulta fundamental en los procesos de subjetivación. El amor implica una experiencia intersubjetiva, una forma de interacción, en la que se lleva a cabo un reconocimiento mutuo, donde cada parte destaca lo especial y singular que es la otra, como lo denomina Manuel Cruz, “un reconocimiento a la carta”.