Hoy la sociedad está atravesada por la cultura de la posmodernidad, donde la exaltación de las formas, de las apariencias, los envoltorios y las urgencias, se producen a costa de los significados, de los contenidos y de los valores, ya sea para ocultar la vaciedad de los mismos o para camuflar la irracionalidad de los mensajes, produciendo, en consecuencia el debilitamiento del sujeto. La escuela, como institución social, aparece como un cruce de culturas, es el territorio donde se articulan todas las problemáticas sociales, donde se hallan vinculados docentes y alumnos en una relación dialéctica constituyendo un espacio público. Es precisamente allí donde el aula se presenta como "arena simbólica" de "lugar o no lugar", según el ritual pedagógico desplegado por el docente siendo el "fortalecimiento del sujeto alumno y docente" el objetivo prioritario de las prácticas educativas. Ante este panorama el docente en geografía debe revisar no solo su práctica pedagógica, sino su postura epistemológica, y será desde allí como interpreta el Espacio Geográfico en este nuevo contexto.