Los cambios drásticos introducidos en la política de tarifas energéticas en 2016 han generado un impacto significativo en la sociedad, resultando en incrementos del orden del 2000(nominales) y 1000(reales) en las facturas residenciales si se consideran los años 2014 y 2018 como referencia. Esto representó un gran incremento en la incidencia de los servicios energéticos sobre los ingresos familiares; por lo cual, surgen interrogantes en torno al comportamiento de la demanda eléctrica ante un contexto como el señalado. En consecuencia, el presente trabajo plantea el desarrollo metodológico para el análisis territorial de las variaciones del consumo de energía eléctrica residencial entre 2014 y 2018 en dos escalas de análisis: global-urbana (a nivel ciudad) e intra-urbana (por áreas homogéneas). Para ello se plantea el relevamiento de una muestra representativa de casos (viviendas); en donde, a cada uno de ellos se les solicitará una factura eléctrica con los consumos de 2014 y una con los de 2018 para, luego, calcular los valores medios de consumo y de costo del servicio (por área homogénea y para toda la ciudad). Dicha metodología permitirá contrastar los resultados entre áreas homogéneas y a nivel ciudad y, de esta forma, verificar si existen comportamientos diferenciados, con incrementos o decrecimientos de distinta intensidad en sus consumos medios. Dicha información podrá ser cruzada con indicadores socio-demográficos y energéticos, con el fin de extraer conclusiones respecto de los comportamientos observados en la demanda eléctrica ante un contexto de fuertes subas en las tarifas.