La crisis económica iniciada en 2007/8 sacudió la estructura económica mundial, generando leves pero interesantes reacomodamientos en la producción y el comercio. Bajo la hipótesis de que toda gran crisis incentiva el cambio de estrategias en las más altas esferas empresariales y políticas - y en ello el comercio y la localización productiva tienen un papel primordial - este trabajo presenta avances de una indagación acerca de los cambios operados en la localización de la producción de vestimenta a nivel mundial tras la crisis. La centralidad del conflicto capital-trabajo surge acá como clave para explicar el nuevo impulso hacia la búsqueda de países proveedores con menores costos laborales (como Vietnam, Camboya y Bangladesh), ante el aumento de costos en China. La importancia de la industria de la indumentaria reside en que históricamente las firmas del sector han sido pioneras en la relocalización productiva. Su carácter emblemático como sector en el que se vislumbran con claridad las consecuencias de la liberalización comercial y la deslocalización productiva sobre las condiciones laborales en todo el mundo, habilita el análisis temprano de estrategias de relocalización en un mundo en el que el concepto de globalización ha perdido centralidad, dando lugar al posible desarrollo de nuevas configuraciones regionales.