La geografía de la producción ha sufrido una gran metamorfosis en las últimas décadas, dando lugar a una nueva división espacial del trabajo Los cambios implican no sólo nuevas oportunidades de localizaciones de las actividades económicas sino, sobre todo, una gran competencia entre lugares en un paisaje económico ampliado por las posibilidades tecnológicas. Entre las distintas escuelas del pensamiento económico sobre la dinámica estructural de este cambio - neoschumpeterianos, regulacionistas, teóricos de la especialización flexible- se incluyen como variable determinante al territorio. El fin del sistema de producción de masas, con grandes aglomeraciones industriales en las urbes, planteaba una jerarquización muy marcada entre ciudades y regiones a través de la división de tareas. En este escenario se eleva una nueva era: mayor flexibilidad, desintegración vertical de la división del trabajo y descentralización de las decisiones. La geografía del post-fordismo es al mismo tiempo local y global. Los nuevos tramados productivos, involucran a la inversión extranjera directa, y alianzas de empresas totalmente transnacionalizadas en su estructura operacional. Esto es así porque el éxito de la flexibilidad y las nuevas economías a través de la descentralización del management y la producción favorecerían el establecimiento de fuertes uniones y relaciones al nivel local. La integración global de la producción, entonces, puede desencadenar poderosas fuerzas centrífugas y potenciar la inserción local en la división del trabajo. Tal escenario sugestivo se opone al más familiar del paisaje fordista de un reducido número de regiones metropolitanas y de corporaciones gigantes que dominan y controlan el desarrollo de las regiones y ciudades. ¿Se puede identificar una geografía de la nueva era flexible más allá de ciertas regiones ganadoras del mundo? ¿Cómo interpretar las transformaciones en un territorio de industrialización tradicional como el caso que aquí presentamos una microregión de la zona sur metropolitana? ¿Cuál es la geografía de la producción que se despliega en estas regiones en un contexto de integración regional, es decir la creación del merado ampliado del cono sur, y la creciente internacionalización del capital financiero, productivo y comercial? Este trabajo se centrará en algunos aspectos de este proceso, en una microregión que tomamos como paradigma de una región más extensa, la zona metropolitana sur, de antigua industrialización y que tuvo su auge económico en las décadas de la Industrialización por sustitución de importaciones (ISI). Padecemos de insuficiencia de información para lograr un diagnóstico avanzado de esta zona, por lo que deliberadamente deberemos dejar un final abierto, que refleje la incertidumbre del cambio estructural. Queda fuera de nuestra mira narrar el extenso relato de las mayores influencias en la cambiante geografía de la producción en la región ampliada del MERCOSUR. Nos interrogamos acerca de si la propia búsqueda de soluciones locales no reflejaría un síntoma de la propia crisis, del continuo desorden económico y político de la globalización.