Partiendo de los procesos globales, y las implicancias directas que esta tiene a escala local, vemos como las responsabilidades familiares desde la perspectiva de género las asume cada vez mas la mujer; aunque sea ésta también, la que se incorpora en el mercado laboral con el objetivo de buscar nuevas fuentes de ingreso. Esta incorporación de la mujer al espacio público para realizar trabajo productivo, conlleva a un cambio en los roles entre mujeres y hombres, aunque sigue siendo la mujer quien realiza las tareas del hogar, el cuidado de los hijos y por ende quien asume las responsabilidades familiares, conformando una doble jornada de trabajo. Entendiendo por responsabilidades familiares a las actividades del cuidado de los hijos y/o la realización del trabajo doméstico.
A partir de la muestra realizada se intenta estudiar la utilización del tiempo y del espacio del hombre y la mujer, a través de las responsabilidades familiares. Al confrontar "el espacio del género" con el "género del espacio" se manifiestan dos cosas importantes, por un lado el espacio crea una división localizadora de los dos sexos humanos, de tal manera que hay un espacio para lo masculino y otro para lo femenino, al mismo tiempo que el espacio ostenta uno de los dos géneros, el masculino precisamente, por tanto no deja de ser una significativa coincidencia el hecho de que el espacio, en castellano, sea un sustantivo de género masculino. (Ramirez Gonzales, 1996).
La experiencia de que no todos los espacios son propios de ambos géneros está tan arraigada en nuestra cultura que dirige nuestra conducta sin que siquiera lo advirtamos. El hecho de que el género del espacio sea masculino, socialmente, implica que lo masculino ostenta el dominio de la repartición genérica del espacio. La crisis económica provoca una reducción del consumo doméstico lo que implica un aumento en el trabajo reproductivo y por ende en la carga laboral de las mujeres. Se reduce la adquisición de bienes y servicios que pueden ser generados desde la unidad familiar, como por ejemplo: la ayuda doméstica, comidas preparadas, ropa confeccionada, comedores escolares, etc. Todas estas actividades vuelven a ser desarrolladas por las mujeres desde la unidad familiar. El acceso al mercado laboral por parte de las mujeres, se realiza en condiciones adversas, debido a la carga del trabajo reproductivo, ya que no ha habido un reparto del mismo dentro de la familia.
En este estudio analizamos dentro del trabajo reproductivo quien asume las responsabilidades familiares y los quehaceres domésticos, como una forma de probar que a pesar de los cambios de roles entre el hombre y la mujer, el trabajo reproductivo sigue siendo asumido en forma mayoritaria por la mujer.