En las lenguas extranjeras, los exámenes de tipo estandarizado suelen contener una escala de evaluación donde se toma en cuenta el uso de la gramática y el vocabulario, a veces también en el marco de lo discursivo. En cierta medida, determinadas estructuras gramaticales pueden ser consideradas más complejas que otras, tales como las oraciones subordinadas o la voz pasiva. A su vez, en términos del léxico, hay, indudablemente, términos más complejos que otros debido a su campo de significación. Un estudiante puede tener una producción de baja complejidad gramatical o léxica y en una escala de evaluación probablemente no pueda obtener un puntaje alto. Pero también, ¿cómo podría un poema con la estructura de un haiku tener un puntaje alto con respecto a su complejidad gramatical y léxica? Este trabajo se inscribe en el inicio de una indagación acerca del lugar de lo que podríamos, por el momento, llamar "la dimensión poética del lenguaje". Por ejemplo, ¿qué puede hacer un examinador ante la potencia narrativa de un alumno que dice "mi hijo España... mi familia... España única solución"? Alguien podrá sostener que este alumno tiene buena "competencia comunicativa". Sin embargo, argüimos que se trata también del encuentro con lo poético. Este trabajo se propone comenzar a explorar esta problemática desde la noción bajtiniana de diálogo y algunas nociones asociadas, tales como las de tono, nadadresat (superadresee en inglés) y "escapatoria". Se presentarán ejemplos de producciones orales y escritas de estudiantes de español lengua extranjera