Pensar el futuro desde el arte, diseñar un posible futuro desde el pensamiento artístico parece, en principio, excluir dos cosas: el dogmatismo y la resignación. Porque ambas cosas, dogmatismo y resignación, impiden el hecho artístico.
El arte, cualquier modo del arte, presume movimientos, quiebres, rompimientos y amalgamas... Entre la materia prima y la obra, entre el barro y la vasija, los sonidos y la música, el lenguaje y la poesía, media básicamente una instancia de libertad.