Michael Porter, disenó la cadena de valor desagregando a la empresa en sus nueve actividades estratégicas más importantes, lo que en principio constituyó una forma de describirla. También permitió determinar en que actividades una empresa mantenía ventajas competitivas respecto a sus competidores.
El concepto trajo aparejado una nueva forma descriptiva de las organizaciones no ya por sus funciones sino por sus actividades.