En esta ponencia se analizará el acceso al capital social de los montevideanos y su relación con las posiciones de clase. La disponibilidad a recursos, tanto materiales como simbólicos, se encuentra desigualmente distribuida entre los sujetos, el capital social no es ajeno a esta circunstancia. Siguiendo a Lin, entendemos por capital social, a aquellos recursos sociales, tales como las relaciones interpersonales, integrados en la estructura social, a los que se tiene acceso, y son movilizados en acciones intencionales (2009: 29). La mayor o menor posesión de activos de capital social, constituye una de las fuentes de desigualdad social, de forma similar a lo que ocurre con la educación, los activos de capital social suelen generar un retorno, en términos de acceso al empleo, mejoras en el ingreso, reconocimiento o afectividad, entre otros. Es así que interesa observar su distribución por clase social, como requisito previo para posteriormente analizar sus impactos concretos sobre el bienestar.