La muerte de Bergotte frente al cuadro de Vermeer, es un centro de gravedad de la novela proustiana. El encuentro del escritor con el pequeño panel amarillo concentra muchas de las cuestiones estéticas sobre las que gira la narración: el carácter fragmentario de las obras, las relaciones entre las artes, el arte dentro del arte, la comunicación entre artistas, el papel de la crítica, el alcance metafísico del arte, la idea de que en cada obra hay una historia del arte, entre otras. El episodio gira en torno a un fragmento de la pintura Vista de Delft de Vermeer y pone de manifiesto un modo de recepción artística que puede ser sintetizado con la afirmación de Proust de que todo lector es lector de sí mismo. Bergotte, escritor ficcional, revisa de manera postrera frente a la obra de Vermeer su propia literatura. En cuanto al carácter fragmentario de las obras, se hace explícito ficcionalmente lo que subyace a toda la novela: la primacía de una estética del fragmento por sobre una estética del detalle. Si bien ambas perspectivas, la del detalle y la del fragmento, se encuentran presentes, es más adecuado sostener que la narración de la Recherche más que un estudio de detalles gira en torno a una construcción o reconstrucción sobre la base de fragmentos.