En los primeros 83 versos de la Eneida, Cartago y Roma se presentan como dos proyectos fundacionales enfrentados; el conflicto entre ambos se plantea, en principio, como transposición, en el plano humano, de un conflicto irreconciliable entre la voluntad de Juno y el Fatum, respectivamente. Sobre la base de esta constatación, se elabora aquí la hipótesis de que la desrealización textual del primer proyecto es condición de posibilidad de la realización textual del segundo.