A principios de los años ´70 la defensa de presos políticos y sociales representa un elemento fundamental que permite reconocer la voluntad de politización de una significativa franja de abogados. Si bien en un contexto de intensa radicalización la labor defensista asume características novedosas, dicha práctica en cambio no constituye ninguna novedad. En la historia argentina contemporánea existe una larga tradición defensista que arranca desde principios siglo XX. Así lo releva, por ejemplo, la defensa de los presos de la “Semana Trágica” en el año ´18, la acción desplegada por numerosos letrados frente a la ominosa “Sección Especial” creada por la dictadura de Uriburu en el año ´30 o la asistencia legal brindada a cientos de dirigentes y militantes opositores durante el gobierno peronista.
No obstante, en términos generales, puede decirse que entre fines de los años ´60 y principios del ´70 la defensa de presos políticos y sociales deja de representar una respuesta legal-defensiva para pasar a adquirir un carácter ofensivo en la medida que se integra a proyectos emancipatorios que impugnan el régimen social y político vigente y el aparato jurídico que lo sustenta. Así, la labor defensista es concebida por un activo núcleo de abogados radicalizados como una herramienta de apoyo básica del activismo revolucionario.
En este trabajo lo que nos interesa rastrear son los nuevos rasgos que asume la labor defensista encarada por grupos de abogados radicalizados a principios de los ´70, en tanto práctica que redefine las formas habituales de entender la relación entre ejercicio profesional, derecho y política.
Metodológicamente la ponencia se basa en entrevistas en profundidad realizadas a abogados de la época, así como en el rastreo de fuentes documentales (revistas y diarios de alcance nacional, publicaciones partidarias, expedientes judiciales, informes de inteligencia, etc.).