Esta investigación se desarrolla en una localidad de 3.000 habitantes, ubicada a 25 Km. de la Ciudad de Córdoba y a 18 Km. del centro urbano más próximo, la cual se desenvolvía en una economía agrícola y cuya circulación de productos se efectuaba a través del tránsito del tren. En la década de 1990, con la política de desintegración de los ferrocarriles y la construcción de una autopista a 5 kms de este centro urbano, evitó su despoblamiento mediante el desarrollo de planes de viviendas, patrocinados por el gobierno de la provincia, a instancias del Intendente - que desde hace treinta años esta al frente de la Intendencia y que con el despoblamiento estaba próxima a convertirse en Comuna. Las unidades habitacionales fueron entregadas a familias carenciadas con un promedio de 4 niños entre los 2 a 15 años, de las dos ciudades vecinas.
La problemática central de este análisis gira en torno de cómo esta situación se convirtió en un espacio de pugnas, diálogos y silencios de construcción y resignificación de identidad/es al recibir personas, cuyos aprendizajes -entendidos “como una serie de conjuntos de símbolos sociales con su correspondiente significado”-, tienen que ver con un fondo social de conocimientos urbanos desplazados a un ámbito rural, mientras que los circuitos de incorporación al mundo laboral se perpetúan en los centros urbanos cercanos; mientras que la formación escolar se organiza en la localidad con la conformación de un C.B.U. y un Ciclo de Especialización, en donde los jóvenes fueron los informantes claves y vehiculizadores de los conflictos de identidades suscitados a partir de la incorporación de las nuevas familias.
El estudio en el campo se desarrollo durante el período 2005 y 2006. El material etnográfico obtenido, permite comprender cómo estos sujetos desplazados se autorreferencian individual y socialmente, a partir, por un lado, de un mundo mediatizado, extenso, universal; y por el otro, se trata de un universo contextualizado en un espacio geográfico y social, pequeño, cerrado y aislado.