Es necesario advertir que “el pueblo de indios” es una categoría construida por el sistema colonial y reformulada a lo largo del tiempo y particularmente a partir de la práctica social. Es también una categoría histórica que refleja los procesos de adaptación de los pueblos indígenas en el marco de un sistema colonial restrictivo y normativo pero no por ello efectivo en todo sentido. Esto es, si bien el sistema colonial pretendió imponer un ideal social y político, que terminara con las “behetrias”, “sin ley ni rey” y que estableciera a cambio pueblos formados, educados bajo la doctrina cristiana, sometidos al vasallaje del rey, al pago de obligaciones tributarias y aislados de los males de la cultura española, en la práctica el proceso fue mucho más dinámico ya que los individuos y los grupos tomaron sus decisiones con relativa y limitada autonomía de la estructura colonial impuesta. Ni los indígenas fueron meros objetos de la dominación colonial y española ni los españoles constituyeron tampoco un bloque homogéneo y monolítico que compartía en su totalidad valores y prácticas. Córdoba fue ante todo un espacio de frontera donde interactuaron de forma dinámica poblaciones de diferentes orígenes y culturas y en donde el producto de dicha interacción generó muchos resultados posibles.
El eje del presente análisis se centrará entonces en el proceso de fabricación o construcción de la categoría “pueblo de indios” antes y después de la visita de Luján de Vargas y de qué manera las poblaciones indígenas fueron integradas dentro de dicha estructura. En este proceso, entendemos que los movimientos de pueblos e individuos, la agregación o no de población foránea, la posesión de un territorio estable, la apelación a la justicia para invocar derechos de la comunidad, etc. son aspectos fundamentales a la hora de evaluar la situación con que se encontró el visitador y las decisiones tomadas en consecuencia.