En sus comienzos el feminismo surge como la necesidad de dar cuenta de la condición de “la mujer” en las diversas sociedades. Sin embargo, ésta condición era solo acotada a cuestiones relativas a la opresión de género, sin que interviniesen en la misma otros tipos de opresiones que no solo co-existían en algunos grupos sociales sino que, además, se relacionaban mutuamente. De este modo, gran parte de la historia del feminismo ha estado signada por discursos tales como “la común opresión” o “la sororidad entre las mujeres” haciendo alusión a la supuesta igualdad de todas las mujeres en la vivencia de la opresión de género sin importar la pertenencia de clase o raza. Sin embargo, en sus dos primeras etapas, el feminismo ha sido acusado por mujeres de color, por ser clasista, hegemónico y funcional a la opresión en tanto no permitía y negaba la particularidad de la opresión de género en algunos sectores de la sociedad. Ésta particularidad venia dada por la intervención de otros factores opresivos tales como la condición racial y aquella de clase.
El reclamo de muchas feministas -como por ejemplo bell hooks- versa en torno a la necesidad de contemplar, no solo éstos factores, como si se tratase de un mero agregado de opresiones, sino que, por el contrario, comprender la interacción de éstos tres para luego poder echar luz sobre la particular vivencia de la opresión de género. En el mismo sentido, sostiene Lugones que “La indiferencia no está provocada solamente por la separación categorial de raza, género, clase y sexualidad, separación que no nos deja ver la violencia claramente. No se trata solamente de una cuestión de ceguera epistemológica cuyo origen se radica en una separación categorial.” (Lugones, 2008:2). Estos tipos de críticas echan por tierra los postulados asentados sobre la común opresión, haciendo hincapié en la entretrama de opresiones, en la cual todas están ligadas de forma inmbrincada e inescindible. En este sentido, en el siguiente trabajo abordamos la posibilidad epistémica de desarrollar el enfoque de la “múltiple opresión” o “interseccionalidad” de género, sexualidad, raza y clase. No han faltado estudios que tomen éstas categorías en conjunto. Sin embargo, muchos de éstos han procedido a subalternizar alguna de éstas mediante el establecimiento de jerarquías, ya sea primando la opresión de género en detrimento de las otras, o por el contrario, colocando en un lugar esencial aquella de clase, relegando a un segundo lugar las de género, raza y sexualidad. De esta forma, para el desarrollo de nuestro trabajo partimos de la pregunta ¿Es posible establecer una epistemología que permita comprender la multiplicidad de opresiones sin que esto implique subalternizar alguna de ellas? En las páginas que siguen se discuten éstos epistemologías, que son además decisiones políticas, optando por presentar una mirada en donde ninguna de las tres puede comprenderse por sí misma, de forma tautológica, sino en su articulación con las otras.