La perspectiva de Quentin Skinner se inserta a partir de la problematización de la tradición conocida como “historia de las ideas”. Desde esa concepción, dominante en la teoría y filosofía políticas hasta pasada la mitad del siglo XX , la historia del pensamiento político es abordada a partir de ideas-unidad que como objeto de la historia trascendían y atravesaban diferentes períodos históricos; esto es, desde esta perspectiva se sostenía que el sentido de ciertas ideas, conceptos y/o problemas podían desvincularse por completo de quienes las presentaron, hacia quiénes, cómo, dónde y cuándo lo hicieron.
En este sentido, desde esta concepción debemos intentar comprender los textos que analizamos a partir de las preguntas que podrían llegar a estar procurando responder, a partir de las posiciones que asumieron en relación a determinadas conversaciones, diálogos o disputas preexistentes. En definitiva, para recuperar y comprender los sentidos e implicancias de lo que los/as autores/as que nos interesan quisieron decir y hacer al escribir sus textos, desde la perspectiva de Skinner, debemos «comenzar no por hacer un estudio intensivo de su texto mismo, sino más bien, por tratar de ver qué relaciones mantenía éste con las convenciones discursivas existentes» (Skinner, 2002:245). Con ese propósito, intentaremos en los próximos apartados rastrear algunas de las tramas textuales y discursivas de las que emergieron dos textos referenciales de la polémica entre autónomas e institucionalizadas: la “Carta hacia el V II Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe-Chile, 1996” escrita por Virginia Vargas Valente, en colaboración con Lucy Garrido, y el documento de cierre del taller de las autónomas presentado en dicho Encuentro, titulado “Profundización del feminismo autónomo”.