Es objetivo de este trabajo reflexionar e historizar acerca del dispositivo escolar moderno y su devenir, así como su cualidad coercitiva como constructor de cuerpos sexuados bajo una lógica patriarcal, heterosexual e individualista que le asigna al género un carácter natural que lo homologa a la mera genitalidad, considerando por una parte las continuidades en el orden que en sí mismo representa, y las formas de ser y no ser que estableció desde sus orígenes a través de un complejo proceso de construcción de la diferencia como anormalidad e inmoralidad, y por otra, las resistencias y rupturas que a él se presentan en un proceso de cambio social con implicancias en la concepción de sexualidad y familia, socavamiento de una lógica excluyente en favor de una lógica de inclusión, construcción de una identidad regional latinoamericana, igualdad de derechos, y apertura a la diversidad, donde la sexualidad no es un atributo definido “naturalmente” por la genitalidad, ni objeto de biologización, medicalización y judicialización, sino una cuestión política en el orden de la ciudadanía y los derechos humanos.