Las teorías poscoloniales han dado cuenta a lo largo de varios años ya, de la desigualdad existente entre los sectores que en diferentes épocas ejercieron el poder desde una metrópolis y el mundo colonizado en distintas ubicaciones geográficas. Podría decirse que en realidad estas teorías, si bien aplicadas a situaciones particulares entre centros imperiales y sus subordinados, explican verdaderamente una historia tan antigua como la humanidad misma: la historia de la imposición del poder de unos por sobre otros, en condiciones de inferioridad para responder u oponer resistencia. Mucho hemos leído y se ha escrito acerca de la circunstancias de distintas minorías étnicas, raciales, religiosas que, habiendo sido sometidas sufrieron procesos de borramiento de sus identidades culturales. No obstante, también se ha escrito sobre situaciones de poder que cruzan las categorías de raza, clase, género y religión, es decir, no es este un problema sencillo de definir, como tampoco de resolver, para decir que simplemente se trata de la dominación de la mujer por el hombre, el negro por el blanco y oriente por occidente. Este es un problema complejo, como complejo es el ser humano.
El planteo de dóciles… ¿o no tanto? es un interesante punto de partida para el análisis que propongo realizar relacionado con la construcción de la identidad del personaje principal de la novela argentina Moira Sullivan de Juan José Delaney.