En Walk Two Moons (1994), Sharon Creech envuelve con su arte algunas emociones que solemos subestimar en la vida real, por no saber cómo afrontarlas. Su novela está dirigida a niños y adolescentes, y aborda la temática de una joven que intenta reconstruir su identidad personal luego de la pérdida de su madre. La problemática de la muerte de un ser querido, sumada a la sensibilidad de los destinatarios de la obra, convierten a Walk Two Moons en un relato doblemente intenso y desafiante. El resultado es un espacio narrativo profundo y dulce a la vez, meritorio de prestigiosos premios y distinciones.
Walk Two Moons puede leerse como una novela acerca de la identidad. Según Erich Fromm (1970), la identidad es una necesidad afectiva, cognitiva (pues supone la conciencia de sí mismo y del otro como personas diferentes) y activa (el ser humano debe tomar decisiones haciendo uso de su libertad y voluntad). Es la síntesis de un proceso de identificaciones que durante los primeros años de vida y hasta finales de la adolescencia la persona va realizando. Tiene que ver con nuestra historia de vida, que será influida por el concepto de mundo que manejamos y por el concepto de mundo que predomina en la época y lugar en que vivimos.
A partir de aquí, nos proponemos analizar el modo en que la protagonista de Walk Two Moons reconstruye su posición básica de ser en el mundo después de sufrir la pérdida más importante de su vida. Para ello exploraremos cómo la estructuración de la novela incide en el tratamiento del tema, creando expectativas por parte del lector que son puestas a prueba una y otra vez.