Las condiciones oclusales pueden influir en los trastornos temporomandibulares, a través de un cambio brusco de los patrones de contacto oclusal, donde los dientes influyen considerablemente sobre la actividad de los músculos masticatorios, aumentando el tono muscular y aparición de dolor, seguido de la incapacidad para abrir la boca. Los hábitos (onicofagia, masticar chicle permanentemente, etc.) y el estrés emocional producen un aumento en la tonicidad muscular e incrementan la actividad muscular parafuncional.