La motivación es un proceso imprescindible para el abordaje del niño ante cualquier maniobra odontológica. Existen dos tipos de motivación para la atención odontopediátrica: la que se realiza antes del diagnóstico clínico y se le explica todo el procedimiento, qué elementos se van a utilizar en él y cual es la función de cada uno de ellos y la motivación específica, que se realiza antes de una práctica odontológica en particular. Hay diferentes técnicas que se pueden individualizar para cada paciente niño, según la conducta que exprese, la edad, la experiencia previa o si es su primera consulta y otros aspectos que puedan surgir del interrogatorio al menor o a su acompañante. Es importante destacar que si el niño trae una perspectiva negativa de la odontología íntimamente arraigada y se agotaron todas las instancias de motivación, es necesario trabajar interdisciplinariamente con la ayuda de un psicólogo.