Considerando que la investigación internacional ha mostrado largamente la relevancia de los vínculos persona-lugar en términos de la definición de la identidad, los que coexisten con los ideales contemporáneos de movilidad social y espacial, resulta particularmente interesante pensar cómo se articula esta tensión pertenencia-movilidad en una ciudad altamente segregada como es Santiago de Chile. La presente investigación, enmarcada en una metodología que involucró diversas técnicas narrativas, emplazadas y móviles, tuvo como objetivo comprender los procesos identitarios de aquellos/as jóvenes que viven o han vivido en barrios considerados excluidos de Santiago y se encuentran en proceso de transición entre la escuela y el mundo laboral. Así, a partir de un análisis biográfico-narrativo de los datos, los resultados presentados permiten pensar que la identidad de los y las jóvenes que viven en barrios excluidos de Santiago se encuentra en una tensión permanente entre los vínculos afectivos con el lugar de origen, y los mandatos de movilidad socio-espacial. Aún más las identidades juveniles, en estos casos, parecen construirse permanentemente entre procesos de identificación-desindentificación, lo que revela que gran parte de la tensión entre pertenencia y movilidad está dada por procesos de estigma y exclusión social.