La movilización étnica en México, sucesora de las protestas públicas campesinas y deudora de proyectos políticos de filiación religiosa y gubernamental, tomó gran vitalidad en el período posterior a la insurgencia del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Con el ascenso del movimiento étnico los reclamos de reconocimiento de derechos culturales cobraron centralidad en la agenda política de los gobiernos (locales, estatales y federales). Actualmente diversas constituciones estatales en México se han reformado para dar cabida a estos reclamos. En el marco de la historia contemporánea de los movimientos sociales en México, propongo aquí analizar la vertiente étnica del mismo. Bajo ese propósito reviso críticamente los marcos de relaciones socio-políticas de los actores movilizados.