Este trabajo busca problematizar algunos sentidos que subyacen en el concepto de inclusión, para analizar luego, el abordaje de la perspectiva inclusiva y cómo ésta reproduce discursos y representaciones que delinean las relaciones sociales de poder. Utilizaré como disparador el análisis de los discursos presidenciales y algunas notas periodísticas que reflejan el discurso oficial sobre el lanzamiento de dos programas destinados a las juventudes: Progresar y Recuperar Inclusión. Iniciaremos analizando cómo la inclusión nace en respuesta a una problemática en veloz crecimiento durante los años noventa: la exclusión sistemática de personas en un mundo cada vez más liberal que profundiza la desigualdad social. Por lo que la inclusión resulta una herramienta paliativa para sobrellevar la desigualdad que produce el propio sistema económico cuando está orientado a la acumulación y no a la distribución de las riquezas. Y para abordar los orígenes de la exclusión es necesario cuestionar el ordenamiento social y sus modos de construcción y reproducción de sentidos. Cabe aclarar, que en el recorrido del análisis se trabajará fuertemente en los sentidos generados y reproducidos por la utilización de algunos términos y conceptos, siempre con la idea de aportar herramientas que contribuyan a reflexionar sobre la visibilización de problemáticas no planteadas como tales, sino más bien construidas como valores o desvalores sociales y que las mismas juventudes reproducen o ponen en cuestión.