Hablar de autoridad en la escuela no tiene ningún sentido si se hace abstracción del fin último que se trata de alcanzar, pues, la concepción que se acepta o que se impone de los fines de la educación determina o debería determinar la naturaleza de las relaciones existentes entre el maestro y sus alumnos y la de los medios que utiliza el primero para conseguir los objetivos que le han sido asignados.