El surrealismo, movimiento de vanguardia de enorme gravitación en su época y en la estética posterior de distintos países de Europa y también de EE.UU. y de Hispanoamérica, se ubica en las antípodas de la literatura convencional. La búsqueda incesante que lo orienta valora el mecanismo ciego que crea y destruye sin conciencia, atendiendo solamente a la instantaneidad. En la constante guerra contra las costumbres burguesas, los guía la prisa sin objetivo preciso, la aniquilación sin razón, el misterio, la violencia, los poderes oscuros. Influenciados por el cine, desafían los muros, la gravedad, incluso la muerte. La mujer ideal es muchas veces una vampiresa, o una asesina; los inspiran las palabras de Charles Baudelaire: “La mujer es el ser que proyecta la sombra más admirable de la más admirable luz de nuestros sueños”, que aparecen como encabezado en el primer número de La Revolution Surréaliste.