Marguerite Yourcenar escribe en 1938 en las “Nouvelles orientales” un cuento, "El hombre que amó a las Nereidas”, en el que trata de ios amores de Panegyotis por las Nereidas, pero, en el fondo, tiene como verdadero asunto la seducción de lo inexplicable, a través de “...el mito que encierra una profunda significación para los hombres de todas las épocas”. La obra se abre con la prosopograffa de Panegyotis ya seducido y convertido en una síntesis perfecta de mendigo griego. La "narratio” aún no ha iniciado y como una obertura sinfónica el mendigo se levanta, no en su miseria, sino, con la ampulosidad de un antiguo héroe mitológico, Panegyotis es un coloso y la descripción de su cuerpo está planteada en la fina disección de que, cada parte, es un todo griego.