Si no inagotables, resultan muy ricas y vastas las posibilidades de establecer comparaciones entre Madame Bovary de Gustave Flaubert y La Regenta de Leopoldo Alas. De ahí, los numerosos estudios publicados con el objetivo de señalar puntos de contacto y de diferenciación entre ambas obras. En este sentido, las siguientes líneas se conforman como una especie de “collage” de reflexiones elaboradas a partir de la lectura de diferentes materiales al respecto, con el propósito de centrarnos en aspectos que consideramos relevantes para clarificar, desde las experiencias ficcionales de Emma y Ana, parte del camino recorrido por la mujer en el siglo XIX. Como base para el abordaje del tema, se podría partir del análisis de los personajes, fundamentalmente de las protagonistas. Evidentemente, son muchos los rasgos que permiten aproximarlas. Son ellas los seres evocados por el título de los textos y sobre los que, inevitablemente, se centrará la atención dei lector. Sin embargo, cabe destacar que en ambas narraciones, la focalización de las protagonistas no se produce hasta que el relato ha avanzado: en Madame Bovary sólo a partir del quinto capítulo el lector comienza lentamente a ver el mundo desde la perspectiva de Emma, hecho que se concretará en el capítulo sexto; en cuanto a La Regenta, es en el capítulo tercero cuando nos internamos en el conocimiento íntimo de Ana.