En el Prefacio de Les Orientales, libro publicado en 1829, Víctor Hugo declaraba desconocer los motivos que lo habrían impulsado a escribir sobre Oriente en la Francia convulsionada del momento, restándole importancia a la cuestión y afirmando la libertad del poeta, sin dejar de insistir en el valor que otorgaba al propio quehacer poético: "Examinons comment vous avez travaillé, non sur quoi et pourquoi". Enunciado que puede ser leído como una expresión avant la lettre del arte por el arte:
[...] qu'il ne savait pas en quoi étaient faites les limites de l'art, que de géographie précise du monde intellectuel il n'en connsissait point, qu'il n'avait point encare vu de cartes routieres de l'art, tracées en rouge et en bleu; qu'en fin. il avait cela, parce qui'il avait cela.
Con estas palabras Hugo afirmaba la libertad de la poesía y, preocupándose poco de límites geográficos precisos, se dedicó a representar un Oriente mítico, de lindes imaginarias más que reales, extendiéndolo desde Grecia a Turquía, de Arabia a Persia y Egipto, sin dejar de incluir a España "car, decía en el Prefacio, l'Espagne c'est encore l'Orient; l'Espagne est à demi africaine, l 'Afrique est à demi asiatique".