La lógica nos ha enseñado que la verdad sólo se predica de los enunciados; sin embargo, Cézanne declaraba buscar "la verdad en pintura", pues la imagen pictórica es la manifestación de aquello "que piensan nuestros ojos". Derrida ha hecho de esta declaración el título de un libro en el que reflexiona, con su particular perspectiva, en las posibilidades de la imagen pictórica en este terreno y parte de la presentación de un personaje imaginario que se presentase ante nosotros proclamando "Me interesa el idioma en pintura". (La verdad en pintura, Paidós, 2001). Así, -dado que comparto la apreciación sobre el interés que puede potencialmente tener la relación entre la escritura y la imagen- intentaré explorar la presencia de la máscara -una figura plenamente ligada a la expresión artística- en la literatura y en la fotografía, respecto de aquello que creo es una de sus significaciones más profundas: su vinculación con el tiempo. Recortaré el posible recorrido del tema sobre la obra de dos exponentes del arte literario y del arte fotográfico que considero esclarecedores para esta cuestión: En busca del tiempo perdido de Marcel Proust y algunas fotografias de Diane Arbus.