Lo que genéricamente conocemos como “novela de aprendizaje” tiene un origen histórico preciso que es válido recordar a los efectos de este trabajo: en el siglo XVIII la palabra alemana Bildung desarrolla, a partir de su sentido original de “formación”, la noción de “aprendizaje” y “educación”, asociada a una idea religiosa que la relaciona con el concepto de imagen o “forma” divina. Esta acepción se apartaría de su contenido religioso en el curso del Siglo de las Luces hasta llegar a la comprensión que de este término hace Schiller, para quien existe una ästhetische Bildung (formación estética) que sería el camino hacia la perfección humana, y cuya fórmula se repite también en los textos de Goethe y Wilhelm von Humboldt. Para estos tres escritores la “formación” implicaba un desarrollo y una asimilación.