En los años treinta, la escritura de Paul Nizan cobra importancia a partir de su posición frente a la situación socio-política y cultural europea y, particularmente, de Francia. En tanto intelectual, asume la responsabilidad de escribir contra el orden establecido y sus agentes instituyentes y a publicar escritos, cuyo tono político y filosófico lo sitúan en oposición con la tradición idealista y burguesa de Francia en esos años. La publicación de sus panfletos Aden- Arabie (1931) y Les Chiens de garde (1932) fortalece las exigencias vertidas en sus escritos teórico-críticos y configuran su figura de intelectual revolucionario, cuyas reflexiones sobre la intervención del artista en las letras francesas articulará en sus novelas Antoine Bloyé (1933), Le Cheval de Troie (1935) y La Conspiration (1938).