Escritor, traductor, docente y crítico de arte, Alan Pauls, considerado por Ricardo Piglia y Roberto Bolaños como uno de los más importantes narradores argentinos contemporáneos, recibió en 2003 el Premio Herralde por su novela El pasado.
En una entrevista a propósito de esta, señaló explícitamente cierta filiación con Borges al considerarlo “un gran maestro de la lectura que da a los escritores herramientas para manejar la cultura con cierto atrevimiento”. El procedimiento de apropiación desprejuiciada, de recreación lúcida que incorpora voces y estrategias y las hace circular en una poética personal, de juego de citas, de parodia, de incrustaciones intertextuales diversas –a menudo fragmentarias o disruptivas con referencia a una tradición o a determinados paradigmas– ha sido, fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, una característica de la literatura rioplatense. En El pasado, se hace evidente en especial en la alusión a la literatura y a la cultura francesa, como parte de una experiencia a partir de la cual se localizan, se recortan y se exponen ciertos motivos, determinadas formas de sensibilidad, e ideas sobre el tiempo, el arte y el amor que constituyen el universo textual de la novela.