Los criaderos de aves ornamentales presentan los mismos riesgos que cualquier otra explotación agropecuaria, debido a la gran cantidad de individuos en un espacio reducido, alimentación artificial, exigencia de productividad, fallas de bioseguridad, etc. A esto, le debemos sumar el uso, muchas veces extremo, de la consanguinidad para obtener ejemplares de alto valor competitivo.