Toda actividad que involucre la exposición a un peligro biológico incluye en sí misma un potencial riesgo biológico. Esta consideración debe tenerse en cuenta en cualquier entorno de trabajo. Esto incluye, por ejemplo, en el terreno de las Ciencias Veterinarias, no sólo a las actividades que se desarrollan en un laboratorio de investigación, desarrollo, producción o diagnóstico, sino a aquellas actividades que se llevan adelante fuera de este.