Frente al cambio y variabilidad climática los afectados principalmente serán los agricultores familiares que no siempre tienen la capacidad de afrontar adversidades. El manejo de la agrobiodiversidad, a través del cultivo de un alto número de especies, la rotación y asociación de las mismas, así como la conservación del material reproductivo, promueven la diversificación de los sistemas agrícolas, lo que puede reducir, en gran medida, su vulnerabilidad frente a un clima errático. En el Cinturón Hortícola de La Plata la fuerte adopción de invernáculos ha llevado al extremo la artificialización de los agroecosistemas generando un impacto negativo sobre la sustentabilidad. Esto se observa en la forma de producir, caracterizada por pocas especies y grandes superficies en el paisaje destinadas a la producción bajo cubierta y con pocas áreas no cultivadas. Esto genera una baja biodiversidad a nivel de paisaje y una alta vulnerabilidad ecológica. A pesar de esto, la heterogeneidad de agroecosistemas presentes en esta región, sugiere que coexisten diversas estrategias de manejo en los agricultores familiares. Entre estas prácticas, varias tienden a conservar la diversidad cultivada y a fortalecer la resiliencia de estos agroecosistemas. El objetivo de este trabajo es detectar las prácticas de manejo de la biodiversidad cultivada que aportan a la resiliencia de los agroecosistemas familiares.