Desde el año 1998 el Colegio de Fonoaudiólogos de Buenos Aires regional La Plata, a través de la Comisión de Audiología, viene realizando distintas campañas de prevención y concientización a la población sobre los efectos del ruido en la audición, la salud y la calidad de vida. La contaminación auditiva o acústica (consecuencia del desarrollo urbano no sustentable) es aquella que altera las condiciones sonoras del ambiente, reduciendo la calidad de vida de quienes lo habitan. En sí, esta clase de contaminación deriva de todo sonido excesivo o indeseado (ruido), que puede producir efectos negativos sobre la salud física y mental. El ruido, como otros agentes contaminantes, produce efectos negativos en el ser humano, tanto fisiológicos como psicosomáticos y constituye un grave problema medioambiental. Entre los trastornos vinculados, además de la pérdida de capacidad auditiva se enumeran los dolores de cabeza, la taquicardia, los problemas digestivos, y las alteraciones en los estados de ánimo. Esto puede generar, en el terreno de la psiquis, los cuadros de paranoia, o irritabilidad: la gente se vuelve más agresiva, acelera la neurosis, la fatiga, o la necesidad de huir del lugar que está contaminado sonoramente. El ruido es considerado como un agente contaminante del mundo moderno, el agente contaminante ―invisible. Actualmente los individuos y las comunidades aceptan y en muchos casos buscan al ruido como un producto ―natural del desarrollo tecnológico, sin tener en cuenta que debe ser regulado y monitoreado. Distintos especialistas del campo de la fonoaudiología, el medioambiente y la arquitectura, coinciden en que la concentración demográfica, el crecimiento urbano piramidal, el aumento desmedido del parque automotor y la merma en la calidad del aire y las condiciones generales del ambiente son problemáticas hermanadas entre sí, convencidas de que hoy es imposible hablar en ciencia de enfocar los problemas desde una sola disciplina.