En esta fiesta académica voy a contar una historia y presentaré una reflexión sobre la Antropología Social Argentina, a 24 años del V CAAS que se hizo también aquí en La Plata. Casi otra generación, si bien muchos de los que participaron entonces están presentes ahora. Son reflexiones que en parte consideré anteriormente, pero quisiera remarcar algunos núcleos que entiendo conservan su vigencia.
Nuestra Antropología Social en perspectiva histórica se encuentra actualmente en una etapa de consolidación y expansión. Hacia atrás, pasó por un período de reconstrucción luego de la etapa de latencia durante la Dictadura cívico militar. Lo que vino después de esta paulatina reconstrucción que se expande en el siglo 21, fue un proceso de notable desarrollo. Un avance tecnológico en las comunicaciones y en todas aquellas áreas ya instituidas que se expandieron definiendo una nueva etapa de consolidación. El V congreso, si bien se manejó con medios electrónicos, publicó sus actas en papel. Y, como novedad, también publicamos las conferencias y paneles.
Cuando Roberto Cardoso presentaba aquella matriz disciplinar en base a las teorías antropológicas básicas, lo entendía como un paso teórico abierto en el contexto de la discusión académica con otros colegas, especialmente latinoamericanos. En ese sentido, podríamos mencionar la necesidad de incorporar a la matriz una serie de teorías que formaron parte del pensamiento antropológico social latinoamericano de los años 60. Teorías centradas en la desigualdad social y la interculturalidad que, en Europa, tuvieron que ver con los estudios coloniales y en Latinoamérica con el desarrollo de conceptos tales como “colonialismo interno”, “neocolonialidad”, “indianismo”, así como aquellos del desarrollo – subdesarrollo y de la teoría de la dependencia. Ideas que fueron fruto de aquella Antropología crítica, lado a lado de la Sociología crítica y de la Economía Política. Ideas que influyen aún en nuestros días a partir de múltiples reformulaciones y facetas.