La zooarqueologia se ha constituido como uno de los pilares de la arqueologia del siglo XX (Borrero 2011), y en un sentido amplio, es entendida como la subdisciplina que estudia los restos de animales que se encuentran en los sitios arqueologicos. Siguiendo a Lyman (1994), podemos considerar dos objetivos principales del estudio de las arqueofaunas: la reconstruccion de las condiciones paleoecologicas y de los patrones de subsistencia. En ese mismo sentido, Mengoni Gonalons (2007: 14) destaca dos variantes dentro del campo disciplinario: la zooarqueologia propiamente dicha y la arqueologia biologica. Mientras que la primera, nuestro foco esta puesto en la relevancia cultural de los restos oseos, busca conocer las distintas formas de interaccion entre los grupos humanos y los animales a traves del tiempo, incluyendo desde cambios en las estrategias de subsistencia y movilidad hasta los aspectos sociales y simbolicos, la segunda, esta mas interesada en la comparacion de las distribuciones de la fauna en el pasado y en el presente. Ambas perspectivas son complementarias y sinergicas (Borrero 2011; Mengoni Gonalons 2007), y sus objetivos van mas alla del necesario analisis exhaustivo de restos faunisticos hallados en sitios arqueologicos y que los intereses de la zooarqueologia son compartidos por los de otras disciplinas, lo que segun Borrero (2011) le da la caracteristica de transdiciplinaria. Debido a ello, la interaccion con informacion de otros materiales y disciplinas (por ejemplo, etnohistoria, etnoarqueologia), se vuelve relevante a estos fines.