Los incendios forestales en el Valle de Paravachasca responden a un régimen particular, entendido como una descripción del comportamiento que tiene el fuego en un ecosistema y que suele incluir una representación de su frecuencia, intensidad, estación en la que se producen las quemas, extensión de áreas afectadas y de sus efectos en el suelo y la vegetación (Agee, 1993; Glitzenstein et al., 1995). Esto ha sido ampliamente estudiado para las zonas serranas de la provincia de Córdoba, sin embargo poco se conoce sobre el rol del fuego en la configuración del territorio.
La severidad del fuego en Paravachasca tiene implicancias sociales, económicas, culturales y ambientales que deben ser abordadas, ya que constituye una dimensión del desarrollo y configura los modos en que sus habitantes se apropian y relacionan con el ambiente. Las diferentes lógicas de desarrollo, en particular la especulación inmobiliaria y el avance de la infraestructura vial asociada, junto a la ocurrencia de los incendios forestales, han de ser indagadas desde distintas perspectivas teóricas, identificando cómo esas lógicas instauran disputas, sentidos y fragmentaciones en el territorio (Svampa y Viale, 2014). Y cómo además, la manera en que el fuego (re)configura el territorio e (in)habilita diversas dinámicas de apropiarse del entorno, en particular mercantilizando los bienes comunes.
Se vuelve relevante así, explorar etnográficamente las dimensiones que (re)configuran la problemática de los incendios forestales en el Valle de Paravachasca, las formas de organización comunitaria y su politización e institucionalización en el territorio. En el marco de La Asamblea Paravachasca (Colectivo de vecinxs autoconvocadxs y organizaciones del Valle de Paravachasca) se ha trabajado colaborativamente en caracterizar los aspectos socioambientales del fuego, en base a las narrativas de sus habitantes, sus perspectivas, intereses y disputas.