Al recorrer la bibliografía sobre la cuestión ambiental se nos revela una situación que va más allá de los posicionamientos teórico-epistemológicos, y que es independiente del tipo de ciencia desde la cual analicemos el tema. Biólogos, geógrafos, ecólogos, economistas, sociólogos o antropólogos podemos estar de acuerdo en que los problemas ambientales implican múltiples dimensiones: naturales, políticas, sociales, económicas, culturales. Podríamos estar de acuerdo también en que la dimensión biológica o “natural” no puede aislarse de cuestiones éticas y morales; que las decisiones políticas no pueden separarse de las decisiones económicas; que el cuidado del ambiente es una responsabilidad individual tanto como colectiva; que el arte tiene tanto para decir al respecto como la ciencia o el derecho; que no se trata de problemas que se reduzcan a grupos particulares, ni siquiera que puedan ser contenidos por las políticas de los estados nacionales, y que lo global y lo local son distinciones que se nos revelan como inadecuadas. En síntesis, que enfrentar la crisis ambiental actual desafía cualquier tipo de parcialización del problema. Parece, entonces, que hemos llegado a la misma conclusión a la que ya había llegado Mauss a principios del siglo veinte, preocupado por los problemas sociales de su época. Su antropología, entonces, ¿tendrá algo para enseñarnos? En esta ponencia exploro el potencial de uno de sus conceptos centrales, el de “hecho social total”, y su aplicabilidad al momento de analizar problemas y conflictos ambientales concretos. Me centraré en dos claves del concepto:
la idea de alianza y la idea de que un hecho social total sólo es aprehensible en el movimiento vital de la sociedad, es decir, en la acción de seres humanos socialmente situados en mutua relación. Así, Mauss nos permite superar la visión contractualista de la sociedad, e incorporar un elemento que la noción durkheimiana de “cohesión social” no resuelve: el de la intencionalidad de actores concretos, abriendo así la posibilidad de pensar que un hecho social total no es algo dado, sino socialmente producido.