Desde inicios del siglo XX, muchos artistas van a abandonar los espacios tradicionales del arte para accionar en nuevos ámbitos (la calle, espacios rurales, las plazas, entre otros), buscando así tensionar la realidad en el contexto.
El arte contextual se diferencia del arte conceptual, dado que, el arte conceptualista concibe la obra desde la idea/concepto y el contextualismo se concibe desde lo social y el sentido ético del arte.
El contexto determina las condiciones en las que la acción se inserta. Así, la obra contextual establece una relación directa, sin intermediarios, entre la ciudad y la obra.
El manifiesto contextualista fue desarrollado en 1974 por el artista y teórico polaco Jan Swidzinski. Uno de los antecedentes más relevantes de esta nueva corriente artística surge en el marco del Mayo Francés (1968) con el Situacionismo desarrollado por Guy Debord. Este expresaba una crítica global al viejo orden del mundo, planteaba la defensa del derecho individual e insistía en la construcción de situaciones, a través de la experimentación en el espacio urbano. Esta perspectiva de arte total se oponía a los imperativos económicos y a la espectacularizacion de lo “representado”.
Otro antecedente es el Arte Sociológico abordado por Hervé Fisher y Fred Forest. En perspectiva histórica, el arte contextual, hereda del Realismo el cuestionamiento sobre la representación de lo real. Dice G. Courbet en 1861, “El fondo del realismo es la negación del ideal” (Ardenne, 2006:17).