Luis Ricardo Fors, primer Director de la Biblioteca Pública Provincial que hoy conocemos como Biblioteca de la Universidad Nacional de La Plata, define el escudo de armas como una insignia o señal, en la cual la Heráldica o Ciencia del Blasón, diciendo que es el campo, superficie o espacio de distinta figura en el que se pinta, dibuja, o esculpe el blasón de algún reino, ciudad, familia, pueblo o corporación. Baltasar de Andrade, otro especialista, confirma lo dicho: la Heráldica es la Ciencia de bs Escudos o de las armas de nobleza, que explica y define el significado de cada una de las partes y signos que lo componen, que los interpreta y que vela por el cumplimiento de ciertas reglas y leyes en su composición.
Creemos necesario aclarar que no todo escudo cumple con las reglas heráldicas; tomemos por ejemplo el caso de la Municipalidad de la Ciudad de La Plata.
En nuestro trabajo intentamos rescatar el valor simbólico de los escudos, lo que implica una tarea que se remonta a la Edad Media, en la época de apogeo de la caballería, del dominio feudal, de los torneos en épocas de paz y de las Cruzadas contra los infieles al Cristianismo. Por entonces, los nobles estaban convencidos de dos cosas: por un lado la importancia de sí mismos (su vida tenía un sentido), y por otro la necesidad de luchar por ideales (en este caso defender a Dios y a la dama). Es por eso que se sienten orgullosos de portar divisas que ostenten la valentía demostrada por su nombre en alguna ocasión.
Estos ideales son vertidos también en casi todas las ciudades, provincias o estados que posean blasones o escudos para distinguirse de los demás; para recordar por medio de símbolos y atributos sus orígenes y para dar autenticidad a los actos en que intervienen y a bs documentos que firman.