Los problemas ambientales están aumentando la presión sobre los gobiernos para encontrar formas de reducir el daño ambiental y, al mismo tiempo, minimizar el daño relacionado con el crecimiento económico. Los gobiernos tienen herramientas a su disposición, entre las cuales se pueden incluir regulaciones, programas de información, políticas de innovación, subsidios e impuestos ambientales. Los impuestos en particular son una parte clave de este conjunto de herramientas. La efectividad de un impuesto ambiental depende del alcance del daño ambiental que se está abordando. Para algunos problemas, como la contaminación del suelo, los impactos generalmente se limitan a un área relativamente pequeña. Por lo tanto, un impuesto o cargo sobre la eliminación de desechos o productos químicos nocivos podría imponerse efectivamente a nivel de un municipio o municipios. El objetivo del presente trabajo es aportar conocimiento que sirva de base teórica para impulsar herramientas que contribuyan a la implementación de un sistema impositivo que contemple las urgencias ambientales y sociales. Para ello, se analizan experiencias de otros países elegidos por similitudes al nuestro. Sería deseable que a partir de una política pública que contemple la fiscalidad verde, se pueda construir un universo de productos ambientalmente sustentables que sean impulsados, subsidiados o financiados desde los recursos generados genuinamente a partir del fondo que podría constituirse en base a la recaudación de este tipo de impuestos. Lo que se necesita de manera urgente es una decisión política alineada con los objetivos de desarrollo sostenible, que en el marco de las determinaciones nacionales, permita medir la efectiva reducción de la contaminación, la que podría concretarse a través de estrategias fiscales con visión de sustentabilidad.