El trabajo que presentamos se localiza en dos extremos rural-urbanos de la ciudad de Santiago del Estero (SdE), en las costas del Mishky Mayu (Río Dulce); el extremo norte corresponde al tradicional barrio Boca del Tigre, hoy en parte devenido en Lomas del Golf, mientras que el extremo sur corresponde a la localidad de Maco. SdE en sus últimos quince años ha tenido un fuerte “desarrollo” que ha ensanchado las ciudades principales y vaciado el “campo” (más bien decir el monte) de gente, naturaleza y todo lo que esa conjunción carga en términos culturales, ontológicos y territoriales. El presente trabajo se desprende de dos sachaetnografías situadas cada una en uno de estos extremos, que dan cuenta del impacto que la expansión urbana en el territorio ha tenido en los últimos cinco años; los cambios culturales, políticos, ambientales y territoriales que hubo, así como los modos y las capacidades de resistencia que también surgieron. En el escenario norte, nuestro campo fue el Patio del Indio Froilán, epicentro cultural del folklore local, hogar del luthier de bombos Froilán González y su familia, donde la danza y los modos múltiples de estar allí hacen al lugar y permiten sostener lo que queda del monte, el cual ha sido devastado en los últimos años, no sin resistencia. En el otro extremo, Maco, nuestro trabajo se centró en los modos en que sus habitantes se relacionan con el monte y el río. El foco estuvo puesto en la pesca como principal factor de la economía y el estar cotidiano de muchos pobladores, así como en la relación con el monte y alguno de sus seres, en particular la algarroba, vaina dorada que en su caer anual sigue alimentando y renovando los ciclos del pockoy pacha (tiempo de verano y de abundancia). En y desde estos escenarios buscaremos compartir reflexiones de nuestros itinerarios, de estar nomás, para pensar el impacto de la expansión capitalista y las resistencias locales.